Las inversiones extranjeras directas son salientes cuando se miran desde el punto de vista del país de donde provienen; son entrantes cuando se miran desde el punto de vista del país que las recibe.
«Una forma más estable de flujos de capital es la
inversión directa del extranjero, representa el grueso de al financiación en los países empobrecidos. En este caso, una empresa transnacional construye o compra una fábrica y empieza a producir bienes para el consumo local o la exportación. Como el capital se encuentra anclado en un emplazamiento físico, es más difícil que la empresa abandone la comunidad, de modo que este tipo de inversión es menos vulnerable a las crisis económicas a corto plazo».
(Stalker, P.,
Emigrar no es una ganga: mitos y realidades, 2004, consultado el 11-10-2010)
«Los datos de flujos describen las entradas y salidas de IED durante un año reflejadas en la balanza de pagos: éstas sufren variaciones sensibles, de un año a otro, en cada país, con la modificación del atractivo a corto plazo del país, por ejemplo con la evolución a corto plazo de su coyuntura macroeconómica, de su clima de inversión y de su riesgo país. Los datos en
stock de la
IED entrante dan una indicación de la presencia del conjunto de EMN extranjeras en un país en una fecha dada. Son, por naturaleza, menos variables que los flujos de
IED entrante puesto que, cada año, su valor aumenta en relación con el año anterior al margen del montante de los nuevos flujos entrantes, de la reinversión de los beneficios de las filiales locales de las EMN extranjeras en el país considerado y de las inversiones de estas filiales en el país con financiación local (y, por tanto, no registradas en la balanza de pagos)».
(Andreff M., y W., Andreff,
La competencia por la inversión extranjera directa en la Unión Europea ampliada,
IED en la Europa ampliada, no. 818ICE, Octubre-Noviembre, 2004, consultado el 11-10-2010)