Surgimiento del monopolio
«El monopolio surge cuando hay barreras muy sólidas que protegen al único partícipe y que impiden la entrada de nuevos competidores. Estas barreras de entrada pueden ser naturales o artificiales. Por barreras naturales se entiende aquellas que surgen debido a las características tecnológicas de la industria. Una barrera natural la constituye por ejemplo; la existencia de rendimientos crecientes a escala en una industria, que permite que las grandes empresas desplacen a los pequeños competidores potenciales haciendo que la entrada no sea rentable. Por otra parte, las barreras artificiales son las que dependen de las instituciones sociales y políticas. Este tipo de barreras incluyen las patentes, las concesiones y licencias administrativas otorgadas por un organismo público y el control de una fuente de materias primas; por ejemplo, el Estado concede a una empresa la exclusividad de la recolección del maíz en una determinada zona. Cuando hay un monopolio se tiene que la empresa que monopoliza cierta parte del mercado fijará los precios de sus productos, lo que se traduce en grandes márgenes de ganancia y en una capacidad competitiva menor, puesto que la producción suele bajar en estas situaciones. Algunos monopolios tratan de aplicar una política de discriminación de precios que consiste en vender el producto a distinto precio en función del tipo de consumidor. Se trata de venderlo más caro a aquel tipo de consumidor que valore más el bien y que por tanto esté dispuesto a pagar un precio más elevado, y venderlo más barato a aquellos otros que lo valoren menos o que tengan menos recursos y que estén dispuestos a pagar menos por el bien».
(adaptado de De la Cruz, A.,
El monopolio,
Monografias.com, 1997, consultado el 22-07-2010)
Mercancías agrícolas monopolizables y las no monopolizables
«Por un lado, la calidad y escasez; y por otro, la cantidad, son los dos instrumentos por los cuales se puede crear un
monopolio en la agricultura y funcionan a modo de resorte para que las mercancías se pongan al abrigo de la competencia de precios. Como resultado, las mercancías agrícolas se encuadran en dos grupos: las monopolizables y las no monopolizables. Las monopolizables se dividen, a su vez, en las homogéneas y producidas en gran cantidad y las heterogéneas, que se distinguen por la escasez y calidad. Las primeras, especialmente en el mercado internacional, configuran mercados con estructura de oligopolio o monopolio. Las segundas circulan en mercados segmentados, dominados por la competencia monopolística. Las no monopolizables son mercancías de menor nivel en el orden de importancia de las mercancías agrícolas, con poca relevancia en el mercado internacional y que todavía no se ajustan al patrón de acumulación del paradigma del capital monopolizado, configurando la producción de áreas deprimidas o periféricas. Por último, el
monopolio en la agricultura tiene que ceder espacio a las mercancías agrícolas importadas porque así lo exige el consumidor de altos ingresos».
(Oliveira, M.,
El comercio agrícola de la unión europea y sus condicionantes estructurales,
Cibernetia, Universidad Complutense de Madrid, 2003, consultado el 22-07-2010)
Intervención del gobierno en la agricultura
Teóricamente un monopolio puede ser privado o público; lo segundo significa que es controlado y operado por el Estado. Pero obsérvese que aún siendo privado, un monopolio no puede existir como tal sin instigación o complicidad del Gobierno. El monopolio es concedido a la empresa privada sólo por ley o decreto del poder público: hay monopolios privados solamente cuando los gobiernos garantizan privilegios exclusivos, que hacen efectivos mediante leyes, multas, aranceles, subsidios y en algunos casos de países en desarrollo estos monopolios se consolidan según métodos más violentos, ya sean confiscaciones o penas de cárcel. Los monopolios públicos se suelen mantener por estas mismas vías.
(adaptado de Prasad, R.,
Efectos del control estatal de productos forestales no madereros sobre la administración forestal conjunta en la India,
Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), consultado el 22-07-2010)
Razones contra la existencia de monopolios
«El complejo tema de la descentralización y del quiebre de los monopolios ha sido abordado nominalmente en varios países de América Latina desde hace muchos años, sin embargo los logros por lo general han sido limitados. Generalmente hablando, parece que dos ideas complementarias son poco reconocidas hasta ahora: primero, que un estado fuerte y a la vez limitado en sus acciones no es una contradicción y, segundo, que en el tema de la organización federalista de un país la subsidiariedad debería ser el principio rector, o sea, que la toma de decisiones se efectúe lo más cercano a la gente posible y que el mercado pueda regirse por la libre competencia y la libre elección de los productores, dado que así los campesinos podrán aprovechar mejor las oportunidades que se les presenten y el consumidor no estará atado a unos precios falsos».
(Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO),
Política pública, institucionalidad y desarrollo rural en América Latina y el Caribe, 2000, consultado el 22-07-2010)