«En los últimos años ha aparecido una
reserva mundial de mano de obra disponible. Esta reserva de trabajadores potenciales se creó, sobre todo, mediante el avance de la capitalización de la agricultura en los países en desarrollo (es decir, la destrucción de la pequeña agricultura de subsistencia y, por tanto, de la modesta base tradicional de sobrevivencia de grandes segmentos de la población rural); además, es posible integrar a muchos de países ‘socialistas' en el proceso de producción del capital, mediante subcontratos. De este modo, el capital puede contar con un fondo de varios cientos de millones de trabajadores potenciales. Esta
reserva mundial de mano de obra disponible es prácticamente inagotable».
(Fróbel citado en Angón, M.,
Empleo y trabajo no remunerado en la globalización, Universidad Autónoma de Chapingo, México, consultado el 07-01-2011)