«El
trabajo a tiempo parcial no sólo implica menos horas de trabajo, inferior retribución por hora y semanas menores que las que remuneran el trabajo a tiempo completo, sino que también puede constituir una forma diferente de empleo, organizada conforme a distintos principios y con distintos pactos y condiciones que los del trabajo a tiempo completo, así como con menos derechos y protección. Las ventajas que extraen los empleadores del
trabajo a tiempo parcial radican principalmente en las oportunidades que les brinda para recortar horas innecesarias de trabajo o reducir el recurso a unas horas extraordinarias más caras. Las políticas pensadas para promover el
trabajo a tiempo parcial reduciendo sus costos por debajo de los del empleo a tiempo completo es probable que tengan el efecto negativo de aumentar la proporción de trabajadores obligados involuntariamente a aceptar aquel tipo de empleo, con lo que se cae en el subempleo, con sus consecuencias adversas, tanto en lo social –especialmente para las mujeres y los trabajadores desfavorecidos– como en lo económico, al deprimir la demanda, el desarrollo y el empleo».
(Centro Interamericano de Investigación y Documentación sobre Formación Profesional,
El trabajo a tiempo parcial. ¿Un puente o una trampa?, consultado el 21-09-2009)