«Está surgiendo una nueva
cultura de las relaciones laborales, revalorizándose la acción en la empresa como un espacio de gran importancia para tratar temas que interesan tanto a trabajadores como a empleadores. Aún en un marco de conflictos de intereses, hay un campo de acción para la colaboración donde los actores pueden ponerse de acuerdo y establecer un marco de interlocución».
(Campero, G.,
Respuestas del sindicalismo ante la mundialización: El caso de Chile, Instituto internacional de estudios laborales (IIEL), Documento de trabajo, 2000, consultado el 12-08-2010)
Implicaciones de la cultura de relaciones laborales
«La construcción gradual de una nueva
cultura de relaciones laborales, implica: i) el fortalecimiento de los actores sociales, particularmente del debilitado actor sindical; ii) generación de múltiples espacios para la negociación colectiva tradicional y creación de nuevas instancias de dialogo; iii) reforzamiento del derecho e instituciones colectivas para compensar la asimetría de poder de negociación profundizada en los años noventa; iv) desarrollar enfoques respecto a los nuevos roles de los actores sindical y patronal en una economía pequeña y abierta».
(Organización Internacional del Trabajo (OIT),
Generando trabajo decente en el mercosur.Empleo y estrategia de crecimiento: el enfoque de la OIT, Oficina Regional para América Latina y el Caribe, 2004, consultado el 08-12-2010)
Las condiciones de la cultura de relaciones laborales
«Es necesario que todos los actores del circuito productivo se involucren y pasen a compartir como propios los resultados de la empresa; este involucramiento es posible cuando los cambios estructurales y funcionales se asumen como comunidad, en vez de ocurrir contra o a pesar de los trabajadores. Esto supone transitar de una
cultura de relaciones laborales de confrontación a otra de cooperación, que implica reconocer la legitimidad de los intereses en conflicto, pero que pueden ser regulados y conciliados en pro de los objetivos y metas de la empresa. Para esto necesariamente los trabajadores deben estar involucrados directamente en los resultados, y esta contribución debe reflejarse en forma directa en los beneficios pecuniarios o no pecuniarios que ellos perciben. Por su parte, la empresa debe otorgar espacio a la creatividad del trabajador, fomentar su participación en la toma de decisiones y habilitarlos mediante la formación y capacitación adecuadas para ejercer distintas funciones y mejorar sus condiciones de vida».
(Cristaldo, J. D.,
Por un empleo decente, Universidad Católica de Asunción, 2002, consultado el 11-03-2008)
La cultura de relaciones laborales y la productividad
«El desarrollo de una
cultura de relaciones laborales basada más en la productividad que en la confrontación, es importante porque una economía pequeña y abierta en proceso de reinserción externa, demanda un grado de cooperación laboral elevado. Por un lado, aumentos de productividad basados en la cooperación entre actores, permiten que ambos ganen. Por el otro, una alta conflictividad laboral beneficia esencialmente a los competidores externos. Se trata de una negociación en la que ambas partes ganan: la empresa mejora su rentabilidad y los trabajadores defienden mejor su empleo y aumentan remuneraciones. Por lo tanto, las mejoras de una de las partes no son a expensas de la otra. Éste es el factor esencial que contribuye a reducir la necesidad de una confrontación periódica.
[...] El tema es cómo contribuir a la difusión de las prácticas de aumento de la productividad total y calidad, hacia las empresas medianas y pequeñas, lo que no es independiente del hecho de ir avanzando gradualmente hacia una
cultura de relaciones laborales menos confrontacional y más cooperativa. [...] No existe ningún modelo de crecimiento liderado por exportaciones que haya sido exitoso con alta conflictividad laboral.
[...] El desarrollo gradual de una nueva
cultura de relaciones laborales no surge por generación espontánea, si no motivada por ideas, negociaciones y hechos concretos que la induzcan».
(García, N.,
Competitividad y mercado Laboral, Perú 1990-2004, Serie macroeconomía del desarrollo, Naciones Unidas, Santiago de Chile, 2005, consultado el 08-12-2010)