Con el Estatuto de la Sociedad Anónima Europea, las sociedades constituidas en diferentes Estados miembros pueden fusionarse, o formar una sociedad de cartera o una filial común, evitando las obligaciones jurídicas y prácticas que resultan de ordenamientos jurídicos diferentes.
Este marco jurídico prevé asimismo la participación de los trabajadores en la sociedad europea, reconociendo su labor y su papel en la empresa.