«Históricamente la implantación de la
libertad económica ha ido de la mano con la aparición y desarrollo del capitalismo que ha roto progresivamente las trabas que el sistema feudal representaba para la iniciativa individual. A despecho de estas afirmaciones o de las esperanzas de ciertos teóricos, la
libertad económica no ha tenido en la práctica jamás otro contenido que cierto número de derechos definidos más o menos restrictivamente mediante la legislación […].
La
libertad económica es por tanto una noción relativa, variable según el punto de vista desde el cual se analiza y el contenido que en consecuencia se concede».
(Bernard y Colli, 1985, citados en Flint Blanck, P.,
Tratado de defensa de la libre competencia, 2002, consultado el 21-09-2010)