De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), un
código de conducta es un medio por el cual las empresas resumen sus valores, principios y directrices en diferentes áreas, para así manifestar clara y públicamente la forma en que van a manejar sus relaciones de negocio con proveedores, clientes, consumidores y accionistas.
«A partir de principios de la década de los años 1990, estas empresas compradoras empezaron a formular y adoptar
códigos de conducta que abordaban las prácticas laborales de sus proveedores y subcontratistas. La mayoría de las empresas que adoptaron estos códigos lo hicieron como respuesta a la publicidad negativa, generada por los informes sobre condiciones de trabajo peligrosas e inhumanas, salarios de miseria, brutalidad, o el extendido uso del trabajo infantil».
(Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres (CIOSL),
CIOSL. Una Guía Sindical sobre la Mundialización, consultado el 24-11-2010)
Los
códigos de conducta se basan generalmente en los nueve principios del Pacto Mundial,
The Global Sullivan Principles of Corporate Social Responsibility y en las normas del
Social Accountability International.
Responsabilidad social de la empresa
Tanto los
códigos de conducta como las etiquetas sociales son acciones que las empresas realizan de forma libre. Las etiquetas sociales son otorgadas por terceros, mientras que los
códigos de conducta suelen ser elaborados y adoptados por las mismas empresas.
Los
códigos de conducta de las empresas pueden aplicarse a dominios muy variados: derechos humanos, ética comercial, medio ambiente, respeto por la comunidad, competencia, condiciones de trabajo, salud y seguridad e investigación científica y tecnológica. Generalmente afectan a la relación de las empresas con sus clientes, proveedores, distribuidores, personal, accionistas y con la comunidad.
(adaptado de la Organización Internacional del Trabajo (OIT),
Corporate Codes of Conduct, ACTRAV, Bureau for Workers' Activities, consultado el 24-11-2010)
Efectividad y control
Un
código de conducta depende de su credibilidad, es decir, de la consideración que recibe por parte de los sectores industriales, los sindicatos, los consumidores y los gobiernos. La credibilidad, a su vez, depende del control y de la transparencia, es decir, de que los subcontratistas extranjeros, los trabajadores, el público, las organizaciones no gubernamentales y los gobiernos conozcan su existencia y comprendan su significado.
La supervisión del cumplimiento de los principios enunciados en los
códigos de conducta se puede realizar internamente (e.g. un comité, un defensor del pueblo o inspectores de trabajo) o externamente (e.g. una ONG).
(adaptado de la Organización Internacional del Trabajo (OIT),
Corporate Codes of Conduct, ACTRAV, Bureau for Workers' Activities, consultado el 24-11-2010)