Trabajadores inmigrantes
Los trabajadores migrantes suelen ser considerados como
mano de obra barata y flexible, y carecen de la protección jurídica básica. Los trabajadores que migran en forma irregular son especialmente vulnerables, ya que la amenaza de detención y deportación les impide cualquier tipo de asociación sindical y los expone a condiciones laborales peligrosas. Los más vulnerables son los niños y las mujeres, que corresponden a parte importante de la mano de obra del sector informal (en muchos países las mujeres llegan a ser el 70% de la mano de obra).
Estos trabajadores suelen ser trabajadores no calificados o semicalificados, con situaciones económicas muy difíciles y, muchas veces como en el caso de los migrantes en situación legal irregular, no cuentan con los beneficios sociales disponibles para todos los trabajadores declarados y regulares. Dado que la
mano de obra barata representa mayores beneficios económicos para las grandes empresas, que suelen estar radicadas en países del mundo desarrollado, se ha establecido un patrón económico en donde los países desarrollados resultan ser los más beneficiados de la explotación de esta mano de obra. Este es uno de los principales obstáculos al momento de establecer leyes contra la contratación de la
mano de obra barata.
Uno de los principales problemas a los que se ve enfrentado este grupo de trabajadores es el entorno de trabajo individualizado, ya que las posibilidades de establecer redes de información y apoyo social son escasas. De la misma forma, cuando hay algún tipo de actividad sindical, los trabajadores que se encuentran involucrados en este tipo de actividades suelen ser acosados o despedidos.
(adaptado de la Revista Trabajo,
Un nuevo Convenio para millones de migrantes, Organización Internacional del Trabajo (OIT), n. 48, 2003, consultado el 07-01-2011)
Los trabajadores migrantes «son muchos y trabajan por todo el mundo: se calcula que hay 42 millones de trabajadores migrantes que aportan
mano de obra barata, no cualificada o semicualificada en muchos países. Con la esperanza de encontrar un buen trabajo, se ven a menudo obligados a sacrificar temporalmente prácticamente todo. Pueden cambiar la familia y el hogar por una vida peligrosa en la que están presentes el fraude, los bajos salarios, las malas condiciones laborales y una seguridad social inadecuada».
(Organización Internacional del Trabajo (OIT),
Trabajo, 1997, no. 20, consultado el 07-01-2011)